"La sed que se sacia con agua volverá a atormentarte, solo siendo agua se dejará de tener sed." J.Cortázar

domingo, 9 de mayo de 2010

Lo bello, lo incomodo, el miedo, el morbo. Queremos entrar en todos y cada uno, queremos exprimirlos, agotarlos hasta que quedemos agotados. Creemos que la incomodidad, el miedo y lo morboso son realmente cercanos, y buscamos a la belleza que consideramos esta dentro de ellos y los sostiene. No estamos del todo de acuerdo con Adorno, hay algo después de Auschwitz, pero ya no se vale de los cánones modernos. La belleza obra en formas misteriosas, intrincadas, inadmisibles. Mostrarlas es lo que nos interesa. Estamos convencidos de que lo morboso juega un papel fundamental. Donde algunos ven dolor, desidia, sufrimiento otros sienten placer. El placer por lo bajo, por lo sucio, por lo que verdaderamente esta mal pero que si no fuera así no habría placer alguno. El placer por lo siniestro. La belleza que reina en lo oscuro.
Lo Unheimlich. Lo familiar y ajeno. Lo que nos es repulsivo e incomodo y a su vez completamente atractivo. Es buscar lo negro al final del camino y seguirlo. Es también el miedo, el miedo lisérgico, el miedo al miedo. Buscamos encontrar nuestro propio limite. Estar frente a aquello que no queremos ver, pero nos es imposible cerrar los ojos. Es la sed inconciente de ver más, contra nuestra conciencia que nos dice que nos alejemos de aquello a lo que no deberíamos estar expuestos.
Zizek plantea como los deseos más profundos de un hombre, se vuelven pesadilla al volverse reales. ¿Y si las pesadillas son deseadas? ¿Si tememos aquello que deseamos, pero no podemos evitar desear lo que tememos?